Allí Keller Laros, instructor de buceo profesional, se encontraba con turistas y aficionados observando rayas de gran tamaño que suelen habitar la zona. En eso estaba cuando un delfín nariz de botella (la variedad más conocida de la especie) comenzó a nadar a su alrededor, acercándose cada vez más a él.
El animal, que nunca había tenido contacto con Laros, captó su atención y logró que viera un anzuelo clavado en la aleta izquierda y una línea de pesca que no lo dejaba nadar con naturalidad.
Luego de mucho esfuerzo, en medio del cual el delfín subió a la superficie a tomar aire y regresó, la cuerda pudo ser removida y el anzuelo fue quitado.
"Estaba preocupado por tirar de la línea y herirlo más. Pero pude cortar el hilo y desenredarlo", explicó Laros a la cadena KITV. Cuando el buzo logró quitar el anzuelo el delfín se alejó nadando.
Martina Wing, quien registró las imágenes definió la experiencia como "asombrosa y realmente impresionante". "Fue un testimonio para el equipo de trabajo y para las personas con las que trabajamos hacia la meta de conservar el océano y cuidar a estos animales", enfatizó.
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