Son alimentos tradicionales de la dieta mediterránea caracterizados por tener poca cantidad de agua (están formados por menos de un 50 %). Su composición es totalmente natural, y se clasifican en dos grandes grupos: los de cáscara dura y los de frutas desecadas, como las pasas.
Noemí Soriano, nutricionista internacional, explicó que “en la composición de los frutos secos destaca la presencia de grasas saludables que ayudan a reducir los niveles de colesterol malo y a incrementar el colesterol bueno, y se convierte en un cardioprotector. De esta manera nos será de gran utilidad consumirlos para combatir estrés, fatiga y hasta el síndrome premenstrual”.
¿Cuánto debo comer?
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