Hasta que uno de los dueños, Dale, de 37 años, que es ingeniero mecánico, tuvo la brillante idea de pegar al caparazón de la tortuga unas ruedas procedentes de un avión en miniatura, lo que la convirtió en el doble de rápida de lo que era antes. Como dato curioso, Dale recibió como regalo a la señora T cuando tenía 8 años y esta unos 60.
“Ha sido como ponerle el turbo, ahora va al doble de velocidad de lo que solía", expresó Dale. “La señora T es aún joven para ser una tortuga. Puede vivir unos 50 años más, todo lo que necesita es que le cambien las ruedas de vez en cuando", puntualizó.
Otro caso
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