Un pescador de nombre Matthew navegaba por la playa. "Estaba luchando con un tiburón martillo y vino él (por el tiburón azul) y se lo tragó", aseguró.
La captura generó polémica porque el tiburón azul es una especie en peligro de extinción y tanto el gobierno de Australia como el de varios países condenan su caza, especialmente porque esta especie es altamente cotizada en el mercado negro de alimentos de origen exótico.
Medios locales señalan que había una orden oficial para capturar al animal por ser el causante de múltiples ataques a surfistas en las playas de Australia. Pero, después de la caza, Matthew le quitó las mandíbulas como trofeo y vendió el resto del cuerpo en el mercado local, según medios internacionales.
El animal podría haber sido el más grande del mundo hasta ahora encontrado.
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