La OMS estima que hay en el mundo 41 millones de niños menores de cinco años que tienen sobrepeso o están obesos y que según sus estadísticas, seguirán siendo obesos en la edad adulta y tendrán mayores riesgos de enfermedades crónicas.
Los mexicanos consumen más bebidas gaseosas por persona que cualquier otra nación (un estimado de 163 litros de media por persona cada año), y el país tiene una de las tasas más altas del mundo de obesidad infantil. El impuesto nacional sobre las bebidas azucaradas y comida chatarra representa un 10 % por cada litro de bebidas endulzadas con azúcar y un 8% de impuestos sobre los alimentos de alto contenido calórico.
Según una investigación realizada por el Instituto Nacional de Salud Pública de México, junto con la Universidad de Carolina del Norte, en el primer año el impuesto redujo el consumo de bebidas azucaradas en un promedio del 6 % en los últimos 12 meses, alcanzando el 12 % en diciembre.
En los hogares más pobres, las compras mensuales de bebidas dulces cayeron en un total del 17 %.
Reino unido quiere replicar la medida
“Realmente no quiero poner nuevos impuestos a nada, pero sí tenemos que reconocer que nos enfrentamos potencialmente en Gran Bretaña a una especie de crisis de la obesidad”, explicó el primer ministro David Cameron, el mes pasado, y prometió detalles de un “programa para hacerle frente a la obesidad”.
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