Científicos encabezados por doctor Fred Turek, afirman que “simplemente modificar los horarios de las comidas puede afectar enormemente el peso corporal”. Turek concluyó que alimentarse en contra del reloj biológico facilita la obesidad.
Nuestro metabolismo decae por la noche y con ello se disminuye el gasto de energía. Lo que contrarresta con la idea de ingerir un aporte calórico fuerte en horarios nocturnos.
Nuestro reloj circadiano, o el sistema de regulación biológica, regula nuestros ciclos diarios de alimentación, actividad y sueño, con respecto a los ciclos de luz y oscuridad del exterior. Estudios recientes han encontrado el reloj interno del cuerpo también regula el uso de la energía, sugiriendo que el horario de las comidas pueden ser importantes en el equilibrio entre la ingesta calórica y el gasto.
¿Qué son los ritmos circadianos?
Los ritmos circadianos y el metabolismo están estrechamente asociados. Gracias a su interacción las células funcionan de modo adecuado y se mantienen sanas. Los ritmos circadianos de 24 horas liderean funciones fisiológicas fundamentales en los organismos vivos. Estos sistemas esenciales de seguimiento del tiempo -en el cuerpo- anticipan cambios ambientales y los adaptan al momento del día. La alteración de estos ritmos puede ejercer una influencia profunda sobre la salud humana, lo que ha sido relacionado con la obesidad, la diabetes, el insomnio, la depresión, enfermedades cardiacas y cáncer, por citar unos pocos ejemplos.
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