Brasil demostró ser un país preocupado por la protección de los animales, prueba de ello es la fundación del primer albergue para perros y gatos abandonados que viven en las calles de ese país.
Las casas no son muy grandes, pero son suficientes para dar a un perro un refugio y un lugar al que llamar hogar de manera temporal, mismo en el que los voluntarios tratan de darles de comer todos los días y llevarles agua fresca.
Esta brillante idea sin fines de lucro surgió de un grupo de amantes de los animales, quienes construyeron casas individuales, donde actualmente mil 600 perros y 200 gatos habitan.
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